MODELOS DE GESTIÓN DE LA CONVIVENCIA

En primer lugar encontramos en las escuelas el modelo punitivo. Este modelo basa su actuación en la sanción o corrección como medida principal y se despreocupa de la búsqueda de una reconciliación por parte de los afectados, ya que sólo busca, como he dicho, la sanción del agresor.
Este modelo lo podemos encontrar sobre todo en los colegios e institutos, ya que, la mayoría de las veces se castiga al implicado en la “acción agresora” y no se piden explicaciones, ni se llega a un acuerdo ni se intenta ver el porqué del problema, simplemente se pone un castigo.

En un segundo plano nos encontramos con el modelo relacional, muy ligado al modelo integrado; simplemente diferencia a estos modelos el carácter normativo que tiene el modelo integrado y del que carece el relacional. En el modelo integrado lo que se va a perseguir es resolver un conflicto de forma privada y más tarde se llevará al ámbito público, se llevará al aula.
Podemos ver que estos modelos están más completos que el punitivo, ya que permiten una explicación por parte de los afectados y a partir de ahí buscan una reparación y mejora en la relación y una solución para el conflicto.
Podríamos decir que estos modelos son los que se dan en la Universidad, ya que ante un conflicto se busca la reparación, y además, se hace de forma autónoma, son los propios alumnos los que buscan la solución.

En mi experiencia personal en las prácticas el modelo que he visto ha sido el punitivo, siempre se ha sancionado al “culpable” sin tomar partido de la situación, ni preocuparse por ver qué ha pasado o porqué y tomar medidas para solucionarlo y zanjarlo. Quizá en menor medida y un segundo plano se ha dado el caso de ver un modelo relacional, pero principalmente prima el punitivo a la hora de resolver un conflicto.

Para finalizar me gustaría hacer una relación entre teoría y práctica. Como vimos en el vídeo se intenta hacer que los profesores tengan autoridad para decidir y actuar respecto a las conductas de sus alumnos, ya que hoy en día no existe disciplina por parte de los padres y tenemos que sufrir las denuncias y acosos por parte del alumnado. Teóricamente todos sabemos lo que está bien y mal o lo que se puede o no hacer, pero, ¿y en la práctica?, porque en ocasiones debemos ponernos firmes para hacer cumplir ciertas medidas de comportamiento, pero, ¿hasta qué punto puede actuar el profesor sin ser una “amenaza” para el alumnado?