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lunes, 21 de febrero de 2011

PROCESO DE MEDIACIÓN SEGÚN J.C. TORREGO

CARACTERÍSTICAS DE LA MEDIACIÓN según J. C. Torrego

La mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o más personas, con la ayuda de una tercera persona imparcial: el mediador. El papel del mediador lo puede llevar a cabo cualquier miembro de la comunidad educativa (padres, profesores o alumnos), aunque lo ideal es que el proceso lo conduzca un profesor o persona del centro con formación específica dentro del ámbito de la mediación.

Como veremos más adelante, el mediador no debe ejercer como jueces, ni policías, en definitiva, no es su papel el de imponer soluciones, ni tampoco deben otorgar juicios de valor acerca de quién tiene la verdad. La función y tarea que se les encomienda es en palabras de Torrego “satisfacer las necesidades de los implicados, regulando el proceso de comunicación y conduciéndolo por medio de unos pasos (…)”. Para que el proceso sea satisfactorio para todas las partes es importante tener en cuenta que la participación en el mismo es voluntaria, y confidencial.

A través de la mediación como opción de resolución de conflictos se podrán solucionar todo tipo de problemas que puedan surgir dentro del centro siempre que los implicados quieran colaborar en el proceso en pro de la resolución del problema.


FASES DEL PROCESO DE MEDIACIÓN según J.C. TORREGO

Al igual que cualquier otro proceso, también este cuenta con una serie de fases que se recomienda seguir para obtener los mejores resultados:

1. Premediación, supone una fase previa y preparativa que asienta las condiciones que favorecerán el proceso de mediación.

2. Presentación y reglas del juego. Esta fase está dedicada a crear confianza entre el equipo de mediación y los implicados en el conflicto. Es en este primer momento en el que se explicará el proceso y las normas que todos los implicados deberán seguir.

3. Cuéntame. En este momento las partes tendrán la oportunidad de exponer su versión de lo sucedido respetando el discurso del otro y los turnos de palabra.

4. Aclarar el problema. En este punto se aprovecha para identificar los diversos aspectos del conflicto (tanto las divergencias, como los puntos en común). El sentido de esta fase es lograr una misma base de coincidencia a partir de la cuál sea posible la comunicación.

5. Proponer soluciones. A lo largo de esta fase se deben buscar todo tipo de soluciones, todas las que cada una de las partes haya considerado como factibles. Una vez expuestas se trata de evaluar la viabilidad de cada una.

6. Llegar a un acuerdo. El acuerdo final deberá ser equilibrado, realista y estar redactado con claridad, ya que su éxito dependerá de que sea perdurable en el tiempo y solucione finalmente el problema. Se redactará, para que conste por escrito, el acuerdo al que se ha llegado y éste será firmado por las partes que se comprometen a su consecución. Existe también la opción de realizar una revisión y seguimiento del proceso para garantizar el éxito.

HABILIDADES EN LA MEDIACIÓN

1. Escucha activa: Consiste no sólo en escuchar, sino en hacerlo realizando un esfuerzo por comprender lo que los demás dicen y que éstas se sientan escuchadas. Existen diversos modos de realizar una escucha activa:

  • Mostrar interés, implica que los implicados se sientan escuchados.Clarificar: el que escucha precisa los hechos concretos, con ello se favorece la consideración de diversos puntos de vista. Consiste en ir tratando el conflicto punto por punto, pudiendo el mediador realizar las preguntas y anotaciones que necesite.
  • Parafrasear: supone expresar con las propias palabras las ideas que van surgiendo, con ello se demuestra que se ha entendido e interiorizado la información.
  • Resumir: supone agrupar y sintetizar la información que se obtiene.Estructurar: favorece la conducción de la mediación mediante la gestión del flujo y la intensidad de la comunicación.
2. Ponerse en lugar del otro: implica favorecer la capacidad empática de los enfrentados hacia el otro y con ello acercarles a la resolución del problema.

3. Mensajes en primera persona: favorecen la comunicación no agresiva, dejando que cada parte exprese la situación que le afecta, qué siente y el por qué de todo ello.


COMENTARIO PERSONAL

No obstante, y tras ver todo lo anterior, es necesario que sea os conscientes que la mediación también tiene limitaciones y que no siempre es un proceso exitoso. En el ejemplo que hemos visto en el vídeo podemos analizar la situación de dos compañeros de instituto que se prestan a participar en este proceso con el objetivo oculto (o no tan oculto) de evitar una sanción por el enfrentamiento, por tanto, esta mediación podría haber fracasado al existir la posibilidad de que los implicados no crean realmente en el proceso. ¿Qué sucede si no hay acuerdo? O ¿qué sucede si hay acuerdo firmado y éste se incumple? Si esto sucede y sólo después de haber intentado solucionarlo de nuevo, se tendrá que entender que el proceso de mediación ha fracasado. Quizá sea entonces cuando debamos plantear otro método de resolución de problemas, ya que sabemos que la mediación no es el único, deberemos comprobar que no hay otra metodología más adecuada para este caso concreto y aplicarlo si es preciso.

Además de las limitaciones que de por sí tiene la mediación, tampoco debemos olvidad que dentro del ámbito de la mediación hay muchos otros teóricos que has desarrollado modelos similares al que hemos analizado y resumido aquí, pero que plantean fases diferentes. En caso de querer tener una visión completa acerca de este tipo de resolución de conflictos debemos ahondar un poco más en los libros y los artículos para empaparnos también de los planteamientos de otros, sólo entonces seremos capaces de realizar una comparación y una crítica real.

Dentro de un centro ¿quién es un buen candidato para ser un buen mediador? Como hemos podido comprobar, cualquier persona que reciba formación específica dentro de este ámbito puede entrenarse en este tipo de procedimiento, no obstante debemos tener en cuenta que debe contar con las habilidades que hemos visto anteriormente y ha descrito J.C. Torrego para garantizar que la actuación tenga sentido ya no sólo en ese momento, sino a lo largo de los años y a través de todos los conflictos que puedan surgir.

¿Puede alguien sin habilidades entrenarse para ser un buen mediador? Siendo positivos podríamos pensar que sí, pero igualmente podríamos plantearnos si una persona sin vocación y habilidades podría ser un buen maestro. Creo que la respuesta a esta pregunta es muy subjetiva y depende de cada caso y cada persona en concreto.

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